lunes, 13 de marzo de 2017

Fantasía, el reino peligroso I. Bastián Baltasar Bux

Planteaba J.R.R. Tolkien, en su ensayo "Sobre el cuento de Hadas",  que Fantasía "es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios". Y continúa:


Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas y lleno todo él de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riberas e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierren y desaparezcan las llaves.

El ensayo del creador de la Tierra Media me remite a una obra de otro autor igualmente querido: "La historia Interminable", de Michael Ende.

Y creo que Bastián Baltasar Bux,  ejemplifica a la perfección durante su periplo cuanto Tolkien quiso decir sobre Fantasía.


Bastián Baltasar Bux, por Vikifloki
Una vez que Bastián ha salvado a la Emperatriz Infantil, como portador del Áuryn, puede hacer cumplir su voluntad. Cuanto desea e imagina se vuelven realidad, pero a costa de su memoria e incluso de su entendimiento, pues al proclamarse emperador de Fantasía rompe las reglas de la cordura, incluso para el reino fantástico.

Atreyu y Fújur son amigos de Bastián y se preocupan por esa loca carrera en la que cumple sus caprichos y pierde la esencia de sí. Pero la Emperatriz Infantil, a pesar de haber sido salvada por el joven humano, y más allá del bien o del mal, sigue su inmemorial regla de no intervenir, siempre y cuando Bastián cumpla la función de realimentar y recrear Fantasía.

Dirá San Agustín en una de sus homilías: "Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas,gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos".

Bastián ha olvidado su voluntad verdadera, que es recuperar el amor de su padre, quien está perdido en la melancolía. Se deja llevar por la sentencia incompleta que puede leerse en el Áuryn: "Haz lo que quieras", un ofrecimiento que guarda la amenaza de enloquecer de poder y egoísmo.

Tras la batalla por la Torre de marfil, el personaje escapa a duras penas de la Ciudad de los antiguos emperadores. Desde la casa de doña Auiola hasta el Minrod de Yor, el cariño y el trabajo duro le dan una posibilidad de recuperarse a sí mismo. El joven piel verde y el dragón de la suerte se erigen en sus valedores ante la inexorable ley de Fantasía.

Así, Bastián podrá llevar a su padre el agua de la vida, que no es otra que ese amor del que habla San Agustín.

Sí. El mundo de los hombres y Fantasía pueden devolverse la salud mutuamente. Pero no por necesidad ocurre así. La razón del viajero puede incendiarse en una rapsodia brillante y fugaz, y Fantasía deberá reiniciar el ciclo. Pero Bastián tiene suerte, amigos y amor en su corazón. 








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